En el momento de la partida no quieres volver


No tenía ni idea de lo que me esperaba en esta Pascua porque nunca había ido a una antes. Iba con la idea de reencontrarme con la gente de Salamanca y experimentar algo nuevo, y de aclararme un poco. 
Estando allí, además de eso aprendí cosas que pensaba que yo ya sabía. Por ejemplo, aprendí a valorar más mi vida y a las personas que quiero, o que las cosas no siempre llegan cuando las deseas, en cuanto a eso, se me quedó una frase en la cabeza: "Dios no viene cuando tú esperas, sino cuando él quiere." Yo llevaba toda la Pascua esperando, y cuando menos creía que iba a venir, la última noche, apareció, y me habló de una manera muy especial, de esas en las que sólo os entendéis él y tú, y te llega. 

O, por ejemplo, aprender a VER por dentro y encontrar errores, cegueras con las que vivíamos acostumbrados y darte cuenta de que existe manera de curarte, SENTIR que eres perdonado por todas tus cegueras y fallos, y que puedes volver a empezar de cero, o ABRAZAR y empatizar con la persona que tienes al lado, y darte cuenta de que quizás su vida no sea tan fácil y poder decirle: "estoy ahí." Eso es lo que he podido aprender y, aunque no lo sepamos ver tiene un valor incalculable, y es algo esencial.

Y al momento de la partida no quieres volver, porque dejas atrás un montón de gente que vale muchísimo y que no podrás ver hasta el próximo evento, y todos los momentos contigo mismo y con los demás, pero te llevas las sonrisas, los buenos ratos, las reflexiones, y lo bonito, y en fin, eso queda en el recuerdo y deja ganas de volver.

Testimonio Pascua '15
Sandra Domínguez Romero
San Javier (Murcia)