Confesiones - Olor a limpio

En nuestra vida podemos estar limpios –aseados por fuera, pero, ¿lo estamos por dentro? El exterior es fácil cuidarlo, pero nuestro interior, nuestro corazón es más difícil mantenerlo limpio.
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Necesitamos de Dios y de los demás, a aparte de nuestro esfuerzo personal, para cuidar nuestro interior. En el sacramento de la Reconciliación nos encontramos con el “perfume adecuado” (Dios y su perdón) para “asear nuestro corazón de toda impureza”. Tenemos que oler a limpio no solo por fuera sino también en nuestro interior.
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Los alumnos de “San Jerónimo” y del Colegio Sagrado Corazón de Venta de Baños han tenido dos días durante esta semana para ponerse en la presencia de nuestro Dios, que es todo bondad y misericordia con sus hijos arrepentidos, y así reconciliarse preparándose para la celebración de la Pascua del Señor.

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Reunidos en la capilla del Seminario han experimentado el perdón de Dios a través de la dinámica del perfume. Una vez confesados el sacerdote les ungía las manos con colonia para que se sintiesen perfumados – amados por Dios y limpios por los fallos y errores cometidos contra Dios, contra el prójimo y contra uno mismo.
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Así se ha intentado que todo huela a limpio, nuestro exterior (cuerpo) y nuestro interior (corazón).