Con el corazón en el domingo

'Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones [...] "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado...
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El camino no está exento de dificultades. Pero vale la pena.'
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El reino no se impone por la fuerza sino por la fe y la confianza en que es el Padre de Jesús el que lo promueve. Nosotros somos colaboradores y estamos seguros de que Dios velará por nosotros, de que nos librará de la mano de nuestros adversarios, no porque los vayamos a vencer en la batalla sino porque, al final, en algún momento y de alguna manera, tocará su corazón y les hará comprender lo que es el reino.
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Hoy es tiempo para mirar a Jesús, para tratar de asimilar su mensaje, para escucharle sin prejuicios y para ponernos a su lado. El camino puede ser difícil. Hacer el reino aquí y ahora tiene riesgos. Pero, como Jesús, pondremos la confianza en el Padre y la mirada en el horizonte. Dios mismo se encargará de que, por encima de odios, violencias, guerras, envidias y tantas otras cosas malas, su amor llegue al corazón de todos los hombres y mujeres. Nosotros, hoy, aquí y ahora, vamos a seguir creyendo y confianza en él.