Cine: Gran Torino

Te mira con asco, mientras escupe al suelo con soberbia. Desprecia todo y a todos los que le rodean. Así es Walt kovalski, (interpretado por Clin Eastwood), un veterano de la guerra de Corea, gruñón e intratable, que baña sus últimos días en cerveza con la única compañía de su perra Daisy, mientras ve como sus viejos vecinos han dejado paso a incontables inmigrantes hmong, del sudeste asiático a los que él odia.Su tranquila vida cambiara el día que el mismo vecino asiático que intento robarle su cuidadísimo coche, Ford Gran Torino, se mete en problemas y en medio de una pelea invaden su jardín. El amargado hombre sin quererlo se convierte en un héroe al salvarle la vida, aunque en realidad él lo único que quería era que no pisaran su césped.
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Por desgracia los rumores de que para Clin Eastwood a sus casi ochenta “tacos” este será su último film como actor, siempre están ahí tras cada nueva película que hace. Pero antes nos deja un recital antropológico y sobretodo una historia descrita con soltura y curiosamente con mucho humor. Sí, el viejo Eastwood ha dejado de ser el pistolero malo para hacernos reflexionar y a la vez divertimos.Con escenas con claras referencias a la iconografía de Cristo nos da una reflexión del hombre, de la redención.Es una historia que aparenta ser aburrida. Un héroe vestido de antihéroe y en definitiva una invitación a superar los prejuicios culturales que provocan la convivencia con los numerosos inmigrantes que han llegado a nuestros pueblos y ciudades.
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To be continued...
Sergio Sanz (Palencia)
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