Unos días antes del fin de clases del primer trimestre, casi todos los agentes de pastoral del colegio Fray Luis de León tuvieron una celebración de Navidad muy emotiva.
'Empezaron la tarde reuniéndose para analizar este primer trimestre y todas las actividades que, desde el departamento de formación cristiana, se habían llevado a cabo. De la voz del director del departamento de formación cristiana, Francisco Javier Enríquez scj, escucharon el balance de estos primeros meses en los que cada uno de ellos fueron sembrando tanto en niños como en jóvenes y adolescentes una semilla que poco a poco iba dando su fruto. Se comentaron datos bastante positivos y fueron muchas las actividades nombradas que se habían llevado a cabo desde todos los grupos: Amigos de Jesús, catequesis de comunión, catequesis de confirmación, voluntariado de bachillerato, convivencias tanto de primaria como de ESO y de confirmación, campañas solidarias...
Después de la reunión y de un momento de compartir opiniones desde los distintos grupos de pastoral, se tuvo un detalle con todos los agentes, regalándoles el Evangelio de la Palabra Diaria (Palabra y vida) para este nuevo año que empieza, acompañándolo con una felicitación de la PJV.Otro de los momentos especiales de la tarde, fue la breve celebración que tuvieron en la capilla. El hilo conductor de la misma, era sentirse estrella, y sentir que todos ellos eran estrella para los demás. Se proyectó un video con imágenes del trimestre donde las caras de felicidad de los niños y de los jóvenes, eran suficiente. Tras leer un poema de Juan Pablo II (pienso en el día que estará tan lleno de asombro por tu sencillez, que tiene al mundo en un puño y en él permanecerá intacto y hasta el más allá) y tras leer la palabra de Dios, reflexionaron entorno a una pequeña historia que evocaba la realidad de "sembrar una estrella", sentirse sembradores de estrellas... porque el trabajo que todos ellos desempeñan en sus grupos es algo que no se ve, pero está ahí, como las estrellas... ¿Cuántos días cubren las nubes, o simplemente no las miramos? Pero cuando nos paramos a contemplarlas, nos miran, nos recuerdan quienes somos, hacen resucitar nuestros sueños. Basta una noche estrellada, para que muchos otros decidan querer seguir siendo ellos mismos...
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Un bonito gesto para finalizar la celebración, fue la entrega de las estrellas, donde cada uno recogió una estrella y se la entregó a otro, dándole toda la luz que podía dar.
Tras la celebración, compartieron una cena todos juntos donde pudieron crear un ambiente mucho más fraterno.
Gracias por ser estrellas de tantos.
