Con el corazón en el domingo: II de Adviento

Lo que te cambia la vida...

Dicen que tener un hijo te cambia la vida. También te cambia la vida haber pasado una grave enfermedad, un accidente. Enarmorarte también cambia bastante la vida...
Es el amor el que cambia tu vida, si le dejas entrar. El Dios niño no va a venir al mundo para darse una vuelta, sino para darle la vuelta al mundo. Cambiar cuesta. Sobre todo cuando son nuestras actitudes y nuestras costumbres las que no están bien. Pero nadie está hablando de esfuerzo. Lee otra vez el título del cartel: "Déjame entrar". Es el amor el que te lo pide. Es el amor el que te cambia, si le dejas.

Aún estás a tiempo.
 
Mira allí donde brota todo y sueña con un nuevo tú. Siente cómo el Dios-niño, lo ama. Y lánzate a mirar el mundo al revés:

•La hermosura del pobre
•La riqueza del débil
•La hospitalidad del de fuera
•La genialidad del torpe
•La maravilla del paisaje desde el último puesto...
 
Jesús de Nazaret sale constantemente a nuestro encuentro. Para nosotros la cercanía del reinado de Dios es un hecho per­manente. La celebración del Adviento y de la Navidad no es un puro recuerdo histórico ni una simple celebración tradicio­nal. Es una invitación a prepararnos para que Jesús entre defi­nitivamente en nuestra vida y en nuestra historia.