DOMINGO DE RESURRECCIÓN: SENTIDO

En tus manos encomiendo mi espíritu. (Lc 23,46)

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


"En tus manos encomiendo mi espíritu" no sólo el día de la muerte, sino cada día. En este mundo que en todo busca seguridades, que en todo quiere tener salvavidas. En este mundo que me invita a tener siempre cubiertas las espalda ..quiero arriesgar, apostar por ti y tu proyecto y tu Reino. Quiero saberme confiado, atravesar tormentas o espacios serenos, sintiendo que en tus manos voy protegido. Que tus manos curan, acarician, sanan, acunan, sostienen... firmes y tiernas a la vez.


PIENSA...

Hoy creemos que todo tiene sentido. Creer no es sólo conocer a Jesús. No es sólo haber escuchado sus palabras. Ni siquiera es estar convencido de que su mensaje es bueno para la humanidad. Creer es haberse encontrado con Jesús y haber metido los dedos en sus llagas y las manos en su costado. Creer es reconocer que en Jesús la vida ha triunfado sobre la muerte. Creer es dejar que el espíritu de Jesús resucitado se meta bien adentro en nuestros corazones y recree la esperanza. Creer es asumir con el corazón y con la vida que Dios está por nosotros, que se preocupa de nosotros, que somos sus hijos e hijas queridos, que nadie se queda fuera de su amor ni de su promesa de vida. 

EXAGERAR LA ALEGRÍA: Tanta efusión es necesaria para estar a tono con este Día de Resurrección. Esta Pascua es la hipérbole del amor de Dios; por eso hay que exagerar la alegría. Era el primer día de la semana, al primer albor, la primera vez que salía el sol en un domingo, era el primer domingo de la historia. Hoy debe ser el eje de todo. Algo así como un punto de inflexión en el que hoy, si me lo permites, todo empieza de nuevo. Hoy debe empezar todo otra vez para nosotros. Nuestros pecados, errores, fallos, nuestras mierdecillas todo eso quedó atrás, perdonado, murió por salvarnos y ahora ha vuelto. ¿Te apuntas?

    Siete palabras del Corazón de Cristo, siete palabras que nosotros estamos llamados a pronunciar desde nuestra aflicción y nuestra cruz, porque son el camino hacia la Vida Nueva... porque son el camino hacia la Pascua.