Cuento: El cántaro

Cuentan que una vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al rio, y le dijo que volviera lo antes posible. El joven obedeció y fue hacia el rio mientras su padre le observaba de lejos.

Entonces este vio a su hijo poniendo el cántaro debajo de una cascada, y la fuerza del agua fue tal y la cantidad tan grande que el líquido no logro entrar al recipiente pues su cuello era demasiado delgado. Cuando el hijo llego con el cántaro, le mostro como el cuello del mismo había sido roto por el fuerte y constante golpear del agua. Además, este hecho provoco que el agua llegara turbia y sucia. El padre pregunto entonces:

-” ¿Por qué simplemente no sumergiste el cántaro en el rio? No veías que el agua de la cascada era demasiada para el cuello del cántaro?”. El hijo contesto:

“Si, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible”.