Con el corazón en el domingo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»


Las contrariedades de la vida tienen sentido, son parte de esa purificación que nos va haciendo crecer en la fe y en la inserción en Cristo, y que nos permite “dar fruto”, como los sarmientos unidos a la vid. Porque, una vez más, como nos ha recordado Juan, es hora de pasar de las palabras a los hechos: la verdadera fe no puede no expresarse en las obras del amor y comunicarse de esa manera. Porque poco a poco los catecúmenos ya bautizados, esto es, todos nosotros tenemos que ir entendiendo que la fe que hemos recibido no es un don sólo para nosotros mismos, sino que tiene que dar fruto abundante para la vida del mundo. Es importante subrayar que ha de ser abundante  y no sólo un poco de fruto para mi personal uso y consumo: tiene que ser abundante de modo que pueda ser ofrecido como alimento para que el mundo tenga vida, pues es por ese “mundo entero” por el que Cristo se entregó a la muerte y resucitó a la vida nueva, y es ese “todo el mundo” al que tenemos que mirar desde la luz que hemos recibido con el don de la fe en Jesús, el Señor, el Cristo, la Vid que nos transmite la savia que hace nuestra vida fecunda también para los demás.