Jean-François Millet (1814-1875)El Ángelus
Entre 1857 y 1859
Óleo sobre lienzo
Entre 1857 y 1859
Óleo sobre lienzo
Un hombre y una mujer rezan el ángelus, oración que recuerda el saludo
del ángel a María durante la Anunciación. Han interrumpido su cosecha de
patatas y todas las herramientas de este trabajo, la horquilla, los
sacos y la carretilla, están representados. En 1865, Millet cuenta: "El Ángelus
es un cuadro que he realizado, pensando en como, trabajando antaño en
el campo, a mi abuela no se le escapaba, cuando oía tocar la campana, de
hacer que nos detuviéramos en nuestra labor para rezar el ángelus para
estos pobres muertos ". Se trata pues de un recuerdo de infancia que
originó el cuadro y no la voluntad de exaltar un cualquier sentimiento
religioso. Por otro lado, Millet no es practicante. En una escena
simple, quiere fijar los ritmos inmutables de los campesinos. Aquí el
interés del pintor enfoca el tiempo de la pausa, del descanso.
Aislada en el primer plano, en medio de una inmensa y desierta llanura, la pareja de campesinos adopta unos aires monumentales, pese a las dimensiones reducidas del lienzo. Sus rostros se han dejado en la sombra, mientras que la luz subraya los gestos y las posturas. El lienzo expresa de este modo un profundo sentimiento de recogimiento y Millet supera la anécdota para ir hacia el arquetipo.
Es sin duda lo que explica el extraordinario destino del Ángelus: objeto de una increíble pasión patriótica durante su intento de compra por el Louvre en 1889, venerado por Salvador Dalí, lacerado por un desequilibrado en 1932 y convertido a lo largo del siglo XX en icono mundialmente famoso.
Aislada en el primer plano, en medio de una inmensa y desierta llanura, la pareja de campesinos adopta unos aires monumentales, pese a las dimensiones reducidas del lienzo. Sus rostros se han dejado en la sombra, mientras que la luz subraya los gestos y las posturas. El lienzo expresa de este modo un profundo sentimiento de recogimiento y Millet supera la anécdota para ir hacia el arquetipo.
Es sin duda lo que explica el extraordinario destino del Ángelus: objeto de una increíble pasión patriótica durante su intento de compra por el Louvre en 1889, venerado por Salvador Dalí, lacerado por un desequilibrado en 1932 y convertido a lo largo del siglo XX en icono mundialmente famoso.