Cine: Ismael

Ismael Tchou, 10 años y de madre africana, coge el AVE en Atocha rumbo a Barcelona. Se ha fugado de su casa porque quiere encontrar a Félix Ambrós, su padre, al que nunca conoció. Su única pista es una dirección de un apartamento en la Ciudad Condal, escrita en el remite de una carta dirigida a su madre Alika. Una vez allí consigue encontrar el edificio, pero en el apartamento sólo encuentra a Nora , una elegante mujer de unos 50 años que resulta ser la madre de Félix Ambrós, es decir, su desconocida abuela. Félix nunca le dijo a Nora nada sobre la existencia de ese niño, pero tan pronto ella lo localiza por teléfono, no niega su paternidad. Después de avisar a la madre del niño, Nora decide llevarlo a conocer a su padre. Abuela y nieto emprenden un viaje hacia un pueblo de Girona donde Félix vive desde hace tiempo. Al mismo tiempo, Alika y su marido Eduardo (Juan Diego Botto) viajan desde Madrid hacia Girona en busca del chico. El encuentro que desencadena Ismael con el deseo de conocer a su padre biológico, hará que todos los personajes traten de saldar sus cuentas con el pasado

¿Por qué ver Ismael?
  • Porque todos necesitamos que nos den la mano, y en esta película se da la mano a uno cuando más lo necesita. Y no una vez, sino muchas. Y no solo a una persona, sino a varias.
  • Porque el reparto está a la altura de una buena película. Caben destacar los papeles de Juan Diego Botto, que es Eduardo, el padre adoptivo de Ismael; Sergi López, que interpreta a Jordi, propietario de un hotel y amigo de Félix, al mismo Mario Casas, que lejos de un papel superficial y adolescente se mete de ello en el drama y la gran Belén Rueda, que una vez más sorprende a todos convertida ahora en Nora, una abuela que regenta un restaurante de lujo.
  • Porque todos necesitamos ser perdonados, y a veces ese perdón llega justo cuando uno lo necesita. Perdonar no significa borrar el pasado, y en esta película vemos que perdonar empieza por perdonarse uno mismo y luego perdonar a los demás.
  • Porque todos necesitamos que nos den una nueva oportunidad y que nos digan que somos inteligentes y buenos, como al Chino, para que uno se sienta así, bien por dentro.
  • Porque es una historia bien contada, que cuenta cosas que pasan en un solo día. Pero ¿A quién no le ha pasado algo en un solo día que no le haya sorprendido?