Cuento: El castillo oriental

En un castillo oriental se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto.

El gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quién sería el nuevo centinela y con mucha calma dijo: “Asumirá el puesto quien resuelva el problema que voy a presentar”

Entonces, colocó una magnífica mesa en el centro de la sala con un jarrón de porcelana y una rosa de extraordinaria belleza en él, y dijo así: “¡Aquí está el problema!” Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un hermoso jarrón, una maravillosa flor en el centro.¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál es el enigma? En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miro al gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y… ¡zah!… destruyó todo de un solo golpe. 

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el gran Maestro dijo: “Usted será el nuevo guardián del Castillo”. Aunque veas algo muy lindo, si hay un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema y no podemos asumir riesgos.