Mason es un chico que va creciendo y, a la vez, como a cualquier chico,
le ocurren cosas. Le gusta contemplar lo que pasa a su alrededor, tiene
una hermana chantajista y mentirosa, su madre tiene un novio al que no
quiere y su padre hace apariciones estelares de año en año, trayendo
regalos e intentando ser el “padre guay”, siempre lejos de conseguirlo.
Pero Mason va creciendo en este film y la película ya no es película, es
una biografía y lo que le va pasando durante lo siguiente años, desde
los 6 a los 18, es asombroso. Su madre va creciendo a su lado, va
madurando, hace una carrera universitaria, pero sigue siendo un desastre
con los hombres. Su hermana se va transformando en cómplice. Su padre
va apareciendo para quedarse y Mason va desarrollando su carácter, su
sensibilidad y sus propios criterios, a la par que va madurando en
estatura y sabiduría. Lo que hasta ahora parece una historia normal,
casi insulsa, en conjunto es la historia de todos nosotros. Y se
convierte en un privilegio poder observar cómo una historia que se ha
tardado doce años en rodar es un trozo de doce años de nuestra historia.
¿Por qué ver Boyhood?
- Porque pocas veces se puede contemplar una historia tan sencilla y a la vez tan sublime y no por el contenido en sí, sino por el hecho de ver, literalmente, cómo alguien va viviendo, va creciendo.
- Porque en cada uno de los encuentros de Mason con novios de su madre, con nuevos amigos y enemigos, con compañeros de escuela, instituto, profesores y maestras, podemos ir viendo que nosotros también tenemos una galería de personajes igual de bellos, de horrendos, de amados y añorados.
- Porque en esta época de historias cortas, escritas en pocos caracteres, nos hacen falta historias de largo recorrido donde se fraguan relaciones en profundidad, donde se contemplan rostros con tiempo, sin prisa, y donde una historia no es bella por lo que dice, sino por el tiempo que se toma en decirlo.
- Porque tiene una banda sonora y una producción que te va a acompañar en cada momento de la vida de este chico. Es toda una obra de arte que hace que lo humilde se convierta en sublime.
- Porque al final de la película, vuelve ese sentimiento tan extraño que tenemos al terminar un gran libro, o una saga, donde has conocido a los personajes y has crecido con ellos. Llevar ese hecho a la gran pantalla en tan solo 165 minutos y conseguirlo hace que merezca la pena ver esta película.