Antes del final de la 2ª evaluación, los padres de alumnos internos
asistieron el sábado 28 de febrero al 2º día de la familia. Casi toda la
mañana estuvo dedicada a las entrevistas con los profesores, tutores y
formadores. Allí se analizó la marcha de cada alumno en todas las
asignaturas, tratando de buscar en qué aspectos aún se debe mejorar de
cara al final de curso, y más concretamente al final de este trimestre.
Sin embargo la jornada comenzó, todos juntos, en el salón de
actos. Allí el encuentro arrancó con la oración, centrada en el mensaje
de la parábola del hijo pródigo o el padre misericordioso, en sintonía
con el lema de este curso: “Con (Dios) muévete”. Luego escuchamos a
Manuel Briñón, el director, que señaló algunas fechas importantes a
tener en cuenta, y anunció algunas actividades como la Javierada, la
celebración del día de libro con una lectura continuada, y la excursión a
Alba de Tormes con motivo del V centenario del Nacimiento de Santa
Teresa de Jesús.
El discurso de Mariano Gómez, coordinador del
Seminario, fue el momento central de esta asamblea, pues sus palabras,
dirigidas tanto a los padres como a sus hijos, nos dieron claves
educativas muy válidas para afrontar retos y enmendar muchas acciones en
la formación de los adolescentes. Entre otras ideas, Mariano nos
recordó que en el colegio Sagrado Corazón estamos convencidos de que
“aprender conocimientos y aprender valores no es incompatible; es
evidente que ambas cosas hacen falta porque forman parte,
complementándose, de la personalidad humana”. Por otro lado, “si el
adolescente no tiene unas reglas ni nadie que las aplique, vive en el
caos de un día a día en que las reglas no existen y en el que puede
hacer lo que le venga en gana, caminando, sin remedio, hacia una posible
inadaptación social en su vida adulta”. Finalmente, y dirigiéndose a
los padres, se recordó que “durante los fines de semana, y llegadas las
vacaciones, también se educa, y es en esos tiempos cuando los padres
tenéis que tomar el testigo de esta educación en valores e impedir que
las normas y reglas del juego con las que vuestros hijos viven aquí,
dejen de regir para ellos en vuestros hogares…”