Cine: High Rise

Década de los 70. El doctor Robert Laing llega a vivir a la Torre Elysium, el primer rascacielos de un proyecto megalómano dirigido por un arquitecto, Anthony Royal, que proyecta crear un mundo autosuficiente. Los pisos altos están ocupados por las clases más privilegiadas: empresarios, presentadores de televisión, actores famosos… Por su parte, los inquilinos de las plantas inferiores tienen recursos más limitados y han de hacer frente a la escasez. Cuando la electricidad falla se desencadena el caos, y a medida que pasan las semanas la violencia, la incomunicación y el odio van aflorando, mostrando el verdadero rostro de los habitantes de Elysium. 

¿Por qué ver High Rise?

Vaya por delante una aclaración. Probablemente no es una película del agrado de todo el mundo. Hay quien la disfrutará, y quien la odiará. Lo que para unos será sublime, para otros será pretencioso. Tiene  bastantes escenas muy provocadoras. Y quizás le sobra algo de metraje. Y, sin embargo, como película para dialogar, discutir e interpretar, está llena de posibilidades. Y de esto se trata.
  • Porque está clara su voluntad de ofrecer una parábola de un mundo decadente, y, aunque sea esquemáticamente, lo consigue.
  • Porque es un gran ejemplo de cine coral. La mayoría de los actores consiguen crear, con sus personajes, arquetipos reconocibles de nuestra sociedad. El individualismo de quien lucha por ascender en la escala social pero se enfrenta con los límites de dicha escala (Tom Hiddleston como el doctor Laing). La obcecación y ceguera de los grandes megalómanos (Jeremy Irons como  Anthony Royal). La rabia al tiempo lúcida y violenta de quien se ve excluido de un sistema (Luke Evans como Richard Wilder); la fatuidad e indiferencia de los poderosos, que solo quieren servirse de los otros (terrible James Purefoy como Pangbourne), y la utilización de las mujeres  (Sienna Miller como Charlotte Melville y Elisabeth Moss como Helen Wilder)
  • Por la fantástica banda sonora de Clint Mansell. Especialmente llamativa es la versión postmoderna que se hace del “clásico” de Abba SOS. Desasosegante, triste y demoledora en su visión de la sociedad contemporánea.