El cortometraje que proponemos en esta ocasión es todo un regalo. Cuenta
una historia breve, pero profunda. Es la historia de África, pero
también es la historia de Europa. Es la historia de los negros y de los
blancos. Y está contada por alguien muy especial. Binta es una niña de
una aldea senegalesa. Va a la escuela y sabe escribir y leer. Piensa en
el futuro y le gustaría ser una mujer de estado. Su padre es pescador y
su madre trabaja en el campo con otras mujeres, con las que comparte una
cooperativa. Son una familia a la que le gusta relacionarse con los
demás. Pero sobre todo son una familia que busca lo mejor para África.
Binta tiene una prima, que se llama Soda, y que no tiene tanta suerte
como ella porque no puede ir a la escuela. Y Binta y sus amigos están
convencidos de que la única salida para la mujer africana es ir a la
escuela.
Suleyman es el amigo del padre de Binta y está encantado con los tubab, los hombres blancos de Europa. Continuamente está intentando convencer al padre de Binta de que todo lo que hacen lo hacen mejor que los africanos. Tanta es su insistencia y sus argumentos son tan claros, que el padre de Binta tiene una idea y decide ponerla en práctica. Su mujer afirma que está loco, pero es una gran idea.