No dudaría

Todos cometemos errores que quisiéramos haber evitado. Cosas que lamentamos. Violencias –manifiestas o no– que han hecho emerger lo peor de nosotros mismos. Pasan los años y siguen ahí. Recuerdos, historia, escenas, palabras, rupturas... Carcomiéndonos. Lo que más duele, con diferencia, es el daño que hemos causado. Las consecuencias negativas de nuestros actos en otros. Esta mítica canción pone nombre a estos sentimientos. Pero es liberadora. Porque nace de la nostalgia, la decepción, el dolor y del sentimiento de culpa pero lleva al compromiso. Firme, positivo, creativo, ilusionante. Canción protesta contra uno mismo. ¡NUNCA MÁS! (Maite López)