Amos
Bardi es un chico rebelde y arisco, pero con un extraordinario talento
musical marcado por una infancia y juventud difíciles debido a su grave
problema de vista (glaucoma) que lo dejará ciego. Esto le lleva a ser
una persona insegura incapaz de gestionar todo su potencial para la
música. Su vida gira 360ª cuando se encuentra con “el maestro”, que le
ayudará a descubrir su verdadero potencial y a encontrar la auténtica
música del silencio. El esfuerzo merecerá la pena y su vida cambiará
poco a poco, llegándose a convertir en uno de los grandes tenores de
nuestro tiempo, Andrea Bocelli.
¿Por qué ver “la música del silencio?
Si tuviera que titular la película de otra manera, sería: “No ceder ante la desesperanza”.
Si te gusta Andrea Bocelli, su voz, su música… esta es tu película y
la disfrutarás. Algunos críticos de cine la han catalogado de poca
calidad, aburrida y muy lenta, incluso pasada de moda en algunos
momentos.
Nos
acerca a la vida de una persona antes de ser una estrella mundial. Solo
ver como se abrió camino en la vida, en la industria de la música, a
veces, tan cruel… ya merece la pena. El mismo Andrea Bochelli a la hora
de aceptar este proyecto solo pidió una cosa: “que no se centrara en su ceguera y que no fuera vista como una discapacidad”.
- La importancia de buscar desde el silencio la misión diaria de cada uno. “El silencio es lo más importante y la disciplina más difícil de todas”.
William Shakespeare, dijo una vez: “Es mejor ser rey de nuestro silencio que esclavo de nuestras palabras”.
Desde lo profundo de “La música del silencio” brota la reflexión que
nos recuerda que para madurar hay que aprender a callar. El éxito en
nuestra vida se consigue por medio de la madurez, en este caso del
silencio. El protagonista, inmaduro se queja demasiado, se desespera
hasta que llega a entender que tiene que aprender a callar, aprende que
en el silencio también hay música… su mejor melodía, su mejor voz. Una
voz que “enamorará” a millones de personas en todo el mundo. “Estas preparado para que la música sea lo único en tu vida”
(Pastoral Claretianas)