Con el corazón en el domingo: 6º de Pascua

“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. [...]  La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado.’ Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.”


La paz de Jesús se construye escuchando juntos la Palabra, dando tiempo para la escucha mutua, asumiendo los conflictos y dando tiempo para que las personas y las comunidades vayan haciendo su camino.  La paz, el respeto mutuo, la aceptación del otro tal como es, son los signos de la comunión en lo fundamental al tiempo que de la aceptación de la natural diversidad de la comunidad cristiana. 

De lo que se trata no es de ser iguales ni de pensar lo mismo sino de seguir a Jesús Resucitado, de escuchar su Palabra y, sin miedo, llevarla a la práctica, creando fraternidad, esperanza y vida en nuestras vidas y en las vidas de todos los que nos encontramos al paso.