Con Pentecostés cerramos el tiempo de Pascua. Y alguno puede preguntarse ¿y no le dedicamos un tiempo al Espíritu? Pues no. Porque el tiempo del Espíritu es este, el tiempo ordinario. Toda nuestra vida está inundada por el Espíritu...
Y por eso, el pasado lunes, unas 15 personas abrieron el corazón al espíritu a través de los distintos "espacios" de la oración que tuvo el grupo.
Pudieron recorrer los siete dones que la tradición de la Iglesia ha destacado. Todos recibimos estos dones en mayor o menor medida. Pero no siempre nos dejamos llevar por su impulso. Por eso, se les invitó a que se identificasen con uno o varios dones.
Al explicar cada don, se encendía su vela correspodiente y al acabar los siete dones, cada uno libremente se iba levantado y encendía de la luz de cada don las velitas que creía necesarias y las colocaba encima del altar mientras todos cantaban juntos "Ven espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama".
Al acabar la oración, tuvieron un momento muy interesante donde compartieron lo que es la espiritualidad en sus vidas.
Este grupo, cierra el año el próximo 7 de Junio, lunes, donde después de la oración tendrán un momento de poner en la mesa todo aquello que cada uno quiera para compartir y cenar todos juntos.