2. Un corazón que perdona

El Salmo 51 nos revela el amor misericordioso del Padre que en su ternura perdona nuestros pecados. Al reconocer nuestro pecado, Él crea en nosotros  un corazón puro y renueva nuestra vida con su Espíritu. Animados pos su bondad nos volvemos también nosotros bondadosos y mostraremos sus caminos de misericordia a los que andan perdidos. El Señor no quiere ofrendas rituales sino el ofrecimiento sincero de nuestro pobre corazón.

Salmo 51: Dame la alegría de tu salvación, hazme fuerte con un alma generosa. Mostraré a los errantes tus caminos, hacia tí volveré con los que pecaron.
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