Con el corazón en el domingo

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. [...] Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."


PARA TU VIDA...

Un pequeño detalle: anunciar la paz y el Reino tiene poco que ver con anunciarnos a nosotros mismos. No se trata de ser nosotros el mensaje sino los mensajeros. La verdadera paz nos viene regalada cuando abrimos nuestras manos al don de Dios. Cuando anunciamos a Jesús con nuestras obras y con nuestras palabras, entonces se produce el milagro de la paz. Y el Reino se hace presente en nuestras vidas. Y se abre un resquicio para superar la violencia fratricida, esa amenaza de muerte permanente para la humanidad a lo largo de su historia.