La Cuaresma nos invita a mirar de una forma diferente a la realidad, a las personas que nos rodean y a nosotros mismos. Est iempo de encender luces donde la vida no proyecta más que sombras.
No puedes cambiar tus ojos por otros que vean mejor, pero sí puedes dejar que la luz que rodea a Jesús ilumine tu realidad para que puedas ver con más claridad. Esa luz ilumina tus sombras, hasta hacerlas desaparecer, aviva los colores y les otorga nuevos matices; te descubre detalles del mundo en los que, hasta ahora, quizás ni te habías fijado.
Esta semana guarda un momento para permanecer a oscuras en tu habitación. Descubre lo poco que puedes percibir. Luego enciende una vela y observa qué es diferente; enciende una segunda vela y obssrvarás nuevos detalles; si tienes una tercera, enciéndela después y verás que algo cambia. Cuantas más velas enciendas, más matices nuevos descrubrirás.