Congreso Nacional de Pastoral Juvenil 2012 - Valencia

En Valencia nos hemos reunido junto con más de 2000 personas para rezar, reflexionar, celebrar, compartir y descubrir la fe que todos hemos recibido gratis para darla gratis.
¿Cómo amar aquello que se desconoce?

Llegar a la Catedral de Valencia y encontrarse con tantas personas de toda España para compartir tres días de oración, atención, reflexión y alegría; me hace darme cuenta que comparto un sentir similar con jóvenes procedentes de todos los rincones del país. En estos días he ensanchando mis horizontes y me he reencontrado con personas que llevaba años sin ver. En ellas he escuchado palabras de vida nueva.
El sentirse cercano y partícipe de este Congreso es parte de las experiencias compartidas y vividas en la Familia Dehoniana, donde he ido conociendo otras realidades de la Iglesia española y del mundo entero, recuerdo la experiencia del verano de 2011 con la JMJ en Madrid. Con más de 2 millones de personas estuvimos concentrados en Cuatro Vientos y a partir de ese momento las concentraciones multitudinarias cada vez me impresionan menos, las veo como algo propio de la fuerza del Espíritu, que sin saber nosotros el camino Él va guiando a la Iglesia.

Esta vez le ha tocado a la ciudad de Valencia albergar un Congreso Nacional para Agentes de Pastoral Juvenil. Jóvenes pertenecientes a parroquias o movimientos, vinculados todos a un carisma especial y con la ilusión de enseñar a otros jóvenes la experiencia de amor que ellos viven en la Iglesia. Sacerdotes diocesanos, consagrados y consagradas de tantas congregaciones o institutos que día a día están en contacto con miles de personas para transmitir que la vida tiene sentido y el amor de Dios se da a todos gratis y sin condiciones. Los obispos han acompañado con su presencia este Congreso, una presencia que representa a miles de fieles que mantienen viva la Iglesia en España. Ser pastor en la diversidad requiere de una gran ayuda y una apertura a la realidad cambiante del día a día.
Si tengo que destacar algo del congreso, es la presencia de laicos, seglares, familias y tantas personas que desde su convicción personal y el encuentro con Jesús, transmiten la fe a los jóvenes. Está claro que la Iglesia transmite el mensaje de Fe desde la sencillez, desde la verdad y desde el testimonio. Las ponencias del Congreso nos han alentado a todos los Agentes de Pastoral a seguir transmitiendo el mensaje de Jesús de Nazaret desde el anuncio. Y el mejor anuncio lo tenemos en el ejemplo de las personas que en su día a día son instrumento y testigos del amor que han recibido.

Todas las experiencias vividas y compartidas estos días, nos descubren que el ser humano no camina sólo. Desde el silencio Dios está con nosotros a través de las personas que con su grano de arena contribuyen a mejorar la realidad en la que vivimos, transmitiendo su amor con libertad. El ser humano ni es bueno ni es malo, es el que es. Del mismo modo, los jóvenes que viven a nuestro alrededor y conocen o no conocen la Fe, tienen un valor incalculable por el hecho de ser personas. La tarea de la Pastoral Juvenil es reconocer y conocer a los jóvenes, para amarlos y transmitir ese amor desinteresado que nosotros hemos recibido.