Jackie Robinson es un muchacho afroamericano que juega en las ligas
menores de béisbol y tiene un sueño. El problema es que estamos a
mediados de la década de los cuarenta y en Estados Unidos la segregación
racial no le va a permitir que se lleven a cabo sus pretensiones. Pero
en este 'bio-pic' las cosas salen bien. Gracias a uno de los mejores
mánager de la historia del béisbol norteamericano, Branck Ricke, mentor y
consejero de Robinson, éste alcanzará su sueño. Esta película no cuenta
una sola historia. Va narrando la evolución de unos personajes que han
vivido en una cultura xenófoba y racista y, metiendo en sus vidas
rostros nuevos y expresiones diferentes, se sienten cada vez más
incómodos en ella. Cuenta la historia de un héroe que es capaz de llevar
la dominación de su carácter hasta el extremo para conseguir vivir con
dignidad. Y narra también como Dios tiene algo que decir en la vida de
las personas. Esta película habla de valentías y superaciones. La de
Robinson por no tener miedo y luchar contra sus propios fantasmas. La de
Ricke por apostar en contra de lo que los cánones y códigos dictan. La
de los compañeros de equipo que superan sus prejuicios porque han visto
el corazón de un buen hombre, y dicha contemplación les cambiará la
vida.
¿Por qué ver…42?
- Porque ver una película donde deporte y valores están entrelazados equivale a contemplar un relato que te ayuda a ser mejor persona.
- Porque en esta historia aparece un personaje que aporta contenido a los diálogos y a las decisiones últimas que han de tomar los protagonistas de la misma. Ese personaje es Dios, que en boca de Rickey y Robinson toma cuerpo y forma para afrontar los problemas que van surgiendo.
- Porque plantea toda una teoría sobre la heroicidad, afirmando en diferentes escenas que los héroes son detectados de manera innata por los niños. Son los primeros que te siguen si les gustas, los primeros que piden autógrafos, que imitan tus gestos. Y eso tiene mucho de cristiano.
- Porque ver a Harrison Ford en su papel del anciano manager Branch Rickey es todo un regalo. Cercano, con porte elegante y sincero, se mete en un papel que lo muestra irreconocible. Ya no es el joven Indiana Jones, sino un manager con carácter que es capaz de abrazar a un muchacho que sufre y hacerle entender que es todo un héroe.
- Porque es una película que tiene un fondo vocacional bien conseguido. No se trata sólo de hacer lo que te hace feliz, sino que en ocasiones, eso mismo te provoca sufrimientos e incomodidades aun sabiendo que estás llamado a ello. Es necesario que en el cine se muestre que el sufrimiento y el esfuerzo no son valores que se tengan que evitar, sino acoger e intentar acomodar en el corazón.
Para pensar
- Cuando Pee Wee Reese, uno de los compañeros que se han mostrado racistas abraza a Robinson en el campo y este le pregunta por qué lo hace, éste afirma que entre el público está su familia y quiere que sepan quién es en realidad. ¿Se te ocurre alguna reflexión a raíz de esta afirmación?
- Rickey pregunta a un responsable de la Liga Nacional si cree que a Dios le gusta el béisbol. ¿Recuerdas la pretensión de dicha pregunta?
- Ante la afirmación vocacional de Pee Wee Reese de que su deseo es sólo jugar, Rickey le hace ver que Robinson sólo desea jugar también pero que además recibe golpes. ¿Hasta dónde crees que puede llevar un deseo vocacional? ¿Crees que hay un límite?
- Al inicio de la cinta se afirma que aquel que se salta la ley es considerado un listo, pero que aquel que se salta un código se convierte en marginado. ¿Qué te parece dicha afirmación?
- Una de las escenas más duras de la película se da cuando Robinson es humillado hasta el extremo y sale llorando del campo. Controla su ira. Allí el manager le dirá que está en su particular «travesía por el desierto». ¿Te parece apropiada la expresión?
- Hay otro personaje que sufre de racismo en la película. ¿Recuerdas quién es y qué dice? ¿Qué provoca el conocimiento de su sufrimiento en el propio Robinson?