Cine parte I: GRAVITY. Javier Luengo scj

La doctora “Stone” (atención con el apellido de la señora) y otros dos astronautas están reparando un panel de comunicaciones de la nave “Explorer”. La reparación se está alargando, cuando, desde Houston, les avisan que los rusos han destruido un satélite propio y se les ha ido de las manos. La detonación ha provocado una nube de residuos que viajan a una velocidad inmensa en la misma órbita que ellos. Se provoca un accidente y ahí se desata la odisea.
  • La ingravidez o el vacío existencial
Tres personas en el espacio en medio de la nada, del vacío, sin condicionamientos ni referencias. No saben lo que es arriba ni abajo, izquierda o derecha… Una imagen potente de lo que es el hombre en el mundo moderno: sin referencias, sin norte, sin verdades absolutas, sin explicaciones del mundo que den sentido. Cada uno tiene su propio sistema de valores y su estilo de vida. No hay padres, ni centro, ni nadie puede arrogarse el poder de tener razón. ¿De quién se puede fiar uno: de los bancos, de los políticos, de la Iglesia? Mejor es inventarse cada uno su propia vida según… ¡sus propias creencias y valores! Y así nadamos en el vacío sin un centro de gravedad que organice nuestras vidas. Solos, rodeados de tecnología, pero incomunicados. La tecnología que nos facilita la vida, también puede amenazarla. Cada uno somos un astronauta metido en su traje con casco, respirando su aire y comunicándose a través de aparatos. Y con la sensación de que somos libres… pero es solo una sensación. Basta que la vida se complique con algún revés o alguna situación límite para que nuestros sentimientos más sombríos nos atenacen: el miedo, la inseguridad, la soledad, la rabia, el odio, el resentimiento, la culpabilidad. Y entonces no sentimos en medio del vacío, sin rumbo…
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Es interesante ver las actitudes de los dos astronautas: la doctora intenta arreglar un panel que es imposible arreglarlo. Metódica y perfeccionista se recluye en su trabajo, en la actividad, para no percibir su vacío. Mientras Matt Kowalsky, veterano, a punto de jubilarse, se dedica a intentar batir el récord del paseo espacial más largo. O sea, una perfeccionista adicta al trabajo   y un tipo que vive la vida en la banalidad. Los dos concentrados en algo absolutamente inútil y sin sentido.

  • Vivir con dos vidas
“Yo conduzco sin más…” , dice Stone, hablando de su vida. Le pregunta Kowalski: “¿Hay alguien ahí abajo mirando hacia arriba pensando en ti?” Tenía una hija que murió trágicamente… Y ya está de la forma más tonta”. La vida es un regalo tan frágil. “Desde entonces es lo que hago: me levanto, voy al trabajo y conduzco sin más”. ¿Se parece a la vida de alguien que conozcamos?

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gravity-stoneMatt: “qué vista tan preciosa”. Resulta que Matt no es tan banal como aparenta. Es capaz de contemplar, se vincula, toma decisiones y… no se rinde… y es capaz de sacrificar su vida por la salvación de su compañera. Me recuerda el trozo del apocalipsis: “No amaron su vida tanto que temieran la muerte”. Amar la vida lo suficiente como para no temer la muerte. Al final, Matt resulta que es un hombre capaz de entregar la vida, de morir por salvar a alguien. Nosotros, los cristianos,  hemos pasado por esa situación: alguien ha dado la vida por nosotros, realmente. ¿Cómo se puede vivir con eso?
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A pesar de saber que se muere, sigue mandando instrucciones a Rayan. Mandando esperanza y confianza: “quiero oírte decir que lo vas a conseguir, no te detengas”. “Oh, Dios mío, deberías ver el sol sobre el Ganges, es impresionante”. Matt es una fuente de sentido. En medio de la ingravidez y del vacío, se convierte para la Dtra. Stone en un centro de gravedad, en alguien en quien confiar. De hecho, siguiendo sus órdenes, se salva.
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Este es el gran mensaje pascual: Alguien ha muerto por nosotros para darnos vida. ¿Qué vamos a hacer nosotros con ello? ¿Somos capaces de escuchar las voces del Resucitado que nos llama, que nos indica el camino, que nos invita a seguirle?

Continuará... (Parte II próximamente)