¿Pero tengo algo que mostrar al mundo?
¡Menuda pregunta! Todos tenemos algún
don. Basta con mirar un poco la televisión y los programas que, en
cualquier cadena, tratan de descubrir los talentos innatos o adquiridos
de una persona que, hasta ese momento, es anónima. Incluso hay personas
que se denominan "cazatalentos": están a la última y tienen un ojo
especial para valorar lo que de original y novedoso (y atractivo) tiene
el talento descubierto. Son verdaderos especialistas.
Tú no eres un bicho raro: también tienes
talentos. Unos sabrán dibujar, otros tocar algún instrumento, a veces
tenemos un don especial para relacionarnos con la gente de nuestro
alrededor, o somos unos auténticos aguilillas resolviendo crucigramas.
Los hay que tienen un talento espectacular para los idiomas o para el
deporte... ¿Y tú?
Pero hay talentos que, además, se nos
dan a todos. Todos no podemos ser futbolistas mundiales, ni pintores de
éxito, ni actores o actrices de Goya u Óscar... pero a todos Dios nos ha concedido dones que, tal vez, ni tan siquiera imaginaste.