Comentamos que veníamos a la Iglesia a poner nuestro curso en las manos de Jesús y de María. La oración giró en torno a nuestro lema para este curso “la raíz de todo en el corazón”. Llevamos a cabo dos oraciones a dos coros y entre una y otra tuvo lugar la explicación del lema en la que les dijimos que somos como árboles que se hacen grandes partiendo de un pequeño comienzo, y se conoce lo que somos por los frutos que damos, por las obras que hacemos. De hecho todos hemos ido madurando y hoy estamos aquí para pedir a Jesús que nos de fuerzas en el camino de cada día. Si os fijáis, les comentamos, en la raíz del árbol hay corazones porque de nuestro corazón va a salir todo lo bueno que hagamos.
Pensad, les sugerimos, cuando llegasteis al Colegio… ¡habéis crecido! Y poco a poco hemos ido creciendo en nuestra fe, pasando por diversas etapas y en este momento de nuestra vida vamos a compartir lo que un día recibimos. Como la raíz de todo está en el corazón les pedimos que escribieran en el corazón que les dimos un fruto que les sirva a lo largo de este curso para crecer como persona o para poner su vida al servicio de los demás. Fueron compartiendo lo que habían escrito y poniendo los corazones alrededor del árbol para que fuesen los frutos que llenaran las ramas. Al final el profesor de religión recogió los corazones y se los llevó para ponerlos alrededor de la clase, de esa manera cada uno recordará a lo que se ha comprometido.
