Para nosotros, esta Pascua ha significado muchas cosas. Los 3 días han estado cargados de sonrisas, carcajadas y alguna que otra lágrima. Ha sido una experiencia inolvidable que hemos podido compartir con los amigos, con personas que apenas conocíamos como J.Luengo, con monitores, y, sobre todo, con Jesús. Personas que nos han enseñado muchas cosas en muy poco tiempo, que nos han hecho sentir uno más, y que nos han dado la magnífica oportunidad de poder compartir con ellos y con Dios lo que sentimos y lo que pensamos, sabiendo que respetarán lo que digamos.
Gracias a estos 3 días hemos podido aprender muchas cosas y muchos valores desconocidos hasta el momento, y también hemos aprendido el verdadero sentido de la Semana Santa. En definitiva, cada uno de nosotros ha descubierto cosas en sí mismo y hemos estado con Jesús representando el sentido de cada día y celebrando la Eucaristía.
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Nos llevamos muchos buenos momentos, muchas sonrisas y muchas personas nuevas, y esperamos que el año que viene podamos volver a vivir esta bonita experiencia. Tenemos el recuerdo que perdurará en nuestras vidas y, sobre todo, en nuestro corazón por siempre. También hemos aprendido que la vida de Jesús no acaba con la muerte sino que empieza con ella, y representamos y reflexionamos la importancia de los últimos días de la muerte de Jesús.Hicimos un Via Crucis recorriendo cada estación del camino de Jesús a la cruz, pegando en ella papelitos con el nombre de los personajes a los que nos parecíamos. Cuando nos entregaron las hojitas, teníamos que escribir una cosa que debíamos cumplir. El sábado por la mañana estuvimos hacienfo juegos y luego nos invitaron a comer y a cantar con ellos, y nosotros propusimos que se podrían hacer comidas todos los sábados y disfrutar con todos ellos. Al final de la vigilia pascual el Sábado Santo, todos los monitores nos dedicaron una canción que preparó Luengo.
Nosotros el año que viene repetiremos porque esto nos ha dejado huella en el corazón, una huella bien profunda, que por mucho tiempo que pase, llueva, nieve, pasemos malos momentos...no se borrará, y siempre nos quedarán esas sonrisas que vosotros nos distéis, el apoyo que nos ayudó a seguir siendo cristianos, saber elegir el camino, y que llorar es de valientes. Queríamos recordaos que os merecéis mucho, que sois increíbles, y que ahora sólo nos queda el collar que nos hicistéis y el recuerdo que guardaremos en nuestro corazón para siempre. Muchas gracias.
GRACIAS POR AGUANTARNOS, POR COMPRENDERNOS Y POR ESTAR JUNTO A NOSOTROS: Hermano Miguel Ángel, Chema, Macu, Carmen, Joseda, Luengo, Carlos, Andres, Javi, Rosa, Luisma, Isidoro, y, sobre todo, gracias a Jesús por alumbrarnos el camino correcto hacia Dios Padre.
Esperamos que os lo hayáis pasado bien y hayáis disfrutado junto a nosotros.
Sólo nos queda deciros una cosa: OS QUEREMOS y nunca nos cansaremos de daros las gracias.
Firmado: Vuestros niñ@s (Luismi, Pilar y Esther).
