Con el corazón en el domingo: Jornada Mundial de oración por las vocaciones

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

Tú sabes que te quiero...

Y lo sabes... sabes que te quiero, porque te lo digo todos los días y a todas las horas... ¡y no me cansaré de repetírtelo!... en el metro, en el bus, cuando cruzas una calle, cuando te sonríen y saludan, cuando la brisa del mar golpea tu cara, cuando te atreves a darte más, cuando sales de tí mismo o de tí misma, cuando te sientas o levantas, cuando tratas de ser alguien en tu vida... ¡ahí! ¡ahí sabes que te quiero!... aunque te cuesta descubrirlo. ¿Y si te lo escribiera en el cielo?
Pero yo, en el fondo, sé que lo sabes... que sabes que quiero, porque ya me lo dijiste una vez, a la orilla del mar, hace muchos años... entonces eras Pedro. Hoy, eres TÚ. Con tus indecisiones y carencias (como él, a ver si te crees que lo de Pedro fue un ¡ala! ¡de golpe!), con tus pequeñeces y grandezas... eres TÚ quien dice, como él, como Pedro, "Tú lo sabes todo Señor, tú sabes que te quiero".
Por eso ¡gracias! Por tu respuesta, por tu valentía, por tu coraje, por tu entrega, por dar más de ti y por tu SÍ.