Este año se nos propone ser “caminantes”, ponernos en camino. Durante el tiempo de Adviento, previo a la Navidad, le pedíamos a Dios que nos diera la capacidad de confiar en Él y buscábamos junto con Él razones para seguir confiando en nosotros, en nuestro mundo y en Dios. En este tiempo de Cuaresma que hoy comienza le queremos pedir que, después de dar el primer paso, el de la confianza, siga caminando con nosotros, nos ayude a recorrer el mapa de nuestra vida, con sus diferentes experiencias.
Caminar con Dios es un viaje inesperado: no sabemos muy bien
qué nos encontraremos, las dificultades que irán apareciendo en el camino, los
buenos momentos que viviremos. Pero estamos seguros de que en todos los
momentos, Dios estará presente: animándonos en la dificultad, alegrándose con
nosotros en los buenos instantes.