La historia de Coco nos traslada a México y nos cuenta la historia de Miguel, un niño de 12 años que vive en el pueblecito de Santa Cecilia con sus padres, sus tíos, su abuela, su bisabuela…
Su amplia familia, los Rivera, se dedica a la elaboración de calzado
desde que el marido de su tatarabuela abandonara a su esposa para
dedicarse a la música. Miguel, que sueña con convertirse en un gran artista, toca la guitarra y canta a escondidas,
porque su familia le ha prohibido cualquier contacto con la música tras
lo ocurrido con su desdichado ancestro. Pero se acerca el Día de
Muertos, una de las tradiciones mexicanas más populares, y muchas cosas
van a ocurrir.
Tras un vistoso prólogo narrado con la gracia y la originalidad marcas de la casa, la cinta fluye con un ritmo trepidante y el espectador queda maravillado con la ambientación, los colores, las texturas y los movimientos de una animación de altísima calidad (Miyazaki no anda lejos), la música del oscarizado Michael Giacchino, las alegres canciones, los entresijos del relato…
El resultado es increíble: un bellísimo canto a la familia, emocionante y rico en humanidad, un canto a la cultura Mexicana, al día de muertos y a la vida.
Tras un vistoso prólogo narrado con la gracia y la originalidad marcas de la casa, la cinta fluye con un ritmo trepidante y el espectador queda maravillado con la ambientación, los colores, las texturas y los movimientos de una animación de altísima calidad (Miyazaki no anda lejos), la música del oscarizado Michael Giacchino, las alegres canciones, los entresijos del relato…
El resultado es increíble: un bellísimo canto a la familia, emocionante y rico en humanidad, un canto a la cultura Mexicana, al día de muertos y a la vida.