La película pretende ser una biografía de María Magdalena que lucha
contra su familia y contra muchos de los apóstoles de Jesús de Nazaret
por ser ella también una discípula seguidora del Maestro y Señor.
¿Por qué ver María Magdalena?
- Porque es una película que puede ayudar para tener otro punto de vista sobre Jesucristo,
no solo en su divinidad, sino también en su singular humanidad de
sentimientos y miedos, aunque desde un guión más fiel a los evangelios
gnósticos (filósofos de los primeros siglos del cristianismo que
predicaron más un conocimiento de Jesucristo que un seguimiento desde la
fe).
-
Porque más allá de la posible polémica sexista (que es una visión superficial de la película y la historia), a Jesús también le siguieron las mujeres
y, junto a Juan, fueron quienes le acompañaron hasta la Cruz, más allá
de diferencias de género que a Jesús le importaban bastante poco si eran
hombre o mujeres, pecadores o ricos, villanos o ciudadanos, pues él
trajo la salvación para todos.
- Porque el director busca transmitir, desde María Magdalena, la idea principal del evangelio: la fuerza del amor, superando dificultades, críticas y malentendimientos.
- La película tiene un ritmo pausado donde importan más las miradas
que las palabras, enmarcadas con una buena fotografía de Greig Fraser
que ya trabajó con el director australiano Garth Davis en Lion (trad. Un camino a casa, 2016).
- Más allá de ver la película buscando que sea una historia real, como si los evangelios fueran obras periodísticas, ni buscando a ver si existe tensión sexual entre Jesús y María, la película hay que verla desde la frase en la película de la Virgen María: «tienes que prepararte para perderlo» (a Jesús).
Jesuitas