[...] Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos."
Lo que nos dice...
La salvación, la nueva Alianza que trae Jesús, está abierta a todos los pueblos. Porque todos somos hijos del Padre y a todos se dirige su amor. No vale ponerse a la cola con el carnet de identidad o el pasaporte reclamando un supuesto derecho a tener un puesto en la mesa del Reino. Ya lo habían anunciado los profetas en muchas ocasiones. Todos nosotros estamos convocados. El Reino es para todos. Pero conviene también que todos nos esforcemos, que pongamos toda la carne en el asador, que nos comprometamos.
El Reino está ahí pero lo tenemos que ir construyendo día a día, creando familia, dando esperanza, compartiendo con los hermanos lo que tenemos. Hasta, dejándonos corregir, fortaleciendo nuestras rodillas y caminando juntos por la senda del Reino, la que nos lleva a todos, sin excepción, sin excluir a nadie, a la mesa común de los hijos en torno al Padre.