Ya hace bastantes días que volví del camino de Santiago y todavía no sé qué escribir. Y no es porque hayan pocas cosas que poner sino porque no sé qué cosas quitar para que me quepa todo.
Nunca había sufrido tanto en mi vida física y sicológicamente. Al principio quería rendirme al igual que muchos de mis compañeros de camino, pero algo me impedia hacerlo, ese algo me hizo ver que tenia que seguir para adelante, que no podia pararme, las ganas de llegar a Santiago de Compostela, el apoyo de cada... ya no compañero de camino sino amigo, el encontrarme a Dios en cada flor, en cada animal, en cada peregrino, en cada gesto de cariño, en cada beso y caricia, me hizo ver que el camino no iba a ser fácil pero que iba a merecer la pena.
El camino te enseña a vivir, porque los caminos fáciles no son vida y las personas tenemos tendencia a cojer los caminos fáciles por miedo a no poder superar los obstáculos de los otros caminos. Solo cuando superas aquellos obstáculos que te impedian a seguir tu camino es cuando empiezas a vivir, y no solo a eso, sino a ser feliz, porque es en esos instantes en los que tropiezas con una piedra y consigues levantarte cuando más feliz eres. Pero la felicidad no viene dada solo por el triunfo de levantarse, sino por tener las manos, de aquellos que te quieren, extendidas hacia ti para ayudarte a levantarte.
Tu camino lo recorres junto a aquellas personas que tú mismo escojiste para ello. Yo ya escojí a aquellas personas que qiero que me acompañen en mi camino. Aunque a veces, inevitablemente, se acaben separando de tu camino. Es entonces cuando te toca seguir solo, y cuando te tropieces tienes que levantarte con el único consuelo de que en algun momento te volveran a acompañar aquellas personas que un dia se fueron por otro sitio, porque son esas personas las que te dieron un feliz camino repleto de preciosos recuerdos. Porque solo con esas personas llegarías al final del camino.
En la vida hay personas que vienen y se van sin mas, luego hay otras que vienen y se van dejándote una historia que contar, y luego estan esas personas que aparecen en tu vida y que no quieres dejar escapar porqe esas personas te marcan en la vida y que cuando se van te dejan una lágrima de tristeza, porque esas personas son las que te regalaron los momentos más felices de tu vida, aquellos momentos que nunca paras de recordar y que cuando lo haces regalas un gesto de felicidad, porque cuando lo recuerdas te das cuenta de lo afortunado que eres por formar parte de los recuerdos de esas personas que tambien forman parte de tus recuerdos.
En mi camino de este año hubo una persona que se acabó rindiendo pero con la ayuda de nosotros le animamos y llegamos hasta el final junto a él. Después está aquella persona que es un claro ejemplo de superación, que por muchas heridas y muchos dolores que tuviera él continuaba para adelante superando sus límites.
El camino te hace darte cuenta de que no sirve de nada quejarse de las cosas, la única solución está en tus manos. En el camino puedes conocer la historia de una persona sin conocer si quiera su nombre, sabiendo que a esa persona no la vas a volver a ver. La historia de cada persona te acaba dando una lección. En la vida nos gusta mucho juzgar a las personas sin conocerlas antes, sin pensar que detras de esa mascara hay una vida repleta de momentos felices.
No existe la vida perfecta, ni una vida feliz, existen los momentos perfectos y los instantes felices. Por eso, en mi camino de la vida, solo deseo encontrarme con aquellas personas que me regalan estos momentos felices, momentos donde desearía parar el tiempo para que durase una eternidad.
Al final conseguí llegar al deseado Santiago de Compostela y lo que es más importante, junto a vosotros. Gracias a Dios conseguí llegar y gracias a Dios llegué junto a aquellas personas que más quiero en esta vida.
Alberto Cantó (Novelda)