El Camino de la Costa, o Camino del
Norte, es en realidad la ruta más antigua y original. Desde el siglo IX,
apenas es conocido el descubrimiento de los restos en Europa, se
comienza a transitar esta ruta. Ya en el año 969, el conde Osorio
Gutiérrez concede una herencia al monasterio de Lourenzá para proveer a
pobres y peregrinos. Mientras las tierras castellanas y navarras
ofrecían poca seguridad a los caminantes, dadas las incursiones
musulmanas, la ruta del Norte ofrecía más seguridad. Con el avance de la
reconquista, la ruta del sur fue la más frecuentada, coincidiendo con
los siglos de esplendor del camino. Así surge el camino Francés, el más
frecuentado y famoso, bien protegido por las órdenes de Cluny y los
Templarios, así como otras órdenes religiosas de caballería, que dejarán
el camino jalonado de hospitales y fortalezas para proteger y atender
al peregrino.
El Camino del Norte
actualmente es menos frecuentado y ofrece una riqueza paisajística y
artística incluso superior al camino Francés y está bastante menos
transitado.
Cada verano realizamos los últimos 200
km de la ruta jacobea por este ramal del Camino de Santiago. Te
invitamos a hacer con otros jóvenes como tú, una experiencia
inolvidable: caminar por donde miles de peregrinos de todos los tiempos
lo hicieron; sentir que el compañerismo, la libertad, la amistad y la
vida interior son más fuertes que el dolor, la fatiga y los madrugones.