EDJ-JMJ 2011: VIERNES 19-DOMINGO 21 (MADRID - Noelia)

Mirar, saber mirar. Fijar la atención. A esto nos invitaba una mañana nueva, la mañana del viernes. Instalados ya en Madrid, en Villaviciosa de Odón, partimos hacia el centro donde, por grupos de lengua, asistimos a diferentes catequesis de Obispos venidos de todas partes del mundo. El día seguía, a un ritmo frenético y nos llevaba hasta Cibeles y Recoletos, donde después de una pequeña reflexión por grupos en el Retiro, pudimos disfrutar del Vía crucis donde miles de jóvenes se dieron cita en estas céntricas calles de la capital para presenciar las 14 imágenes de la Semana Santa española que recorrieron los últimos pasos de Jesuscristo antes de morir. El Papa, muy emocionado por estas tallas que llegaban al corazón del hombre, nos dejó un mensaje bien claro: La cruz es un signo de perdón y de esperanza que alcanza hasta los últimos confines del mundo.
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Casi sin darnos cuenta estábamos inmersos en el espacio más multitudinario de las jornadas, cuatro vientos. Una tarde calurosa de sábado nos iba haciendo camino hasta el aeródromo. Miles de personas, gente tirando agua desde sus casas con mangueras a todos los peregrinos para aliviar el calor, cientos de banderas, estaciones de metro cerradas y colapsadas, canciones, bailes, saludos... todo por una misma meta, la de compartir una misma Fe. Fuimos llegando en pequeños grupos a cuatro vientos y ocupando los puestos que buenamente pudimos, todo estaba más lleno de lo esperado.
Mientras tanto, en el escenario se desarrollaban distintas actividades, testimonios de jóvenes, actuaciones musicales... para prepararnos para la vigilia. Pero en el cielo y con el viento, se acercaban nubes grises; y los peores temores se cumplieron, llovió, mucho. Nadie quería moverse, el agua, el aire, nadie podía con nosotros. Un grito que decía "Aspetto qui!" nos decía a todos que el Papa también seguía con nosotros.  Cuando pasó todo y después de una emotiva vigilia, el Papa nos quiso decir unas palabras "Gracias por vuestra resistencia. Nuestra fuerza es más fuerte que la lluvia. Os doy las gracias por el maravilloso ejemplo que habéis dado. Igual que esta noche, con Cristo podréis siempre afrontar las pruebas de la vida. No lo olvidéis. Buenas noches, que descanséis, nos veremos mañana si Dios quiere ¡Gracias a todos!”.

“No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios”. Una Eucaristía con una homilía intensa, cercana y llena de espíritu puso el punto y final al domingo y a los actos centrales de las JMJ en el aeródromo de cuatro vientos. Una mañana en la que el cansancio ahondaba en nosotros, una mañana en la que nuestros pies caminaron kilómetros para regresar a casa, una mañana en la que el agua incesante de los bomberos y las botellas de agua, estuvieron más presentes que nunca. Junto a esto, miles de sentimientos afloraban en todos nosotros y pudimos compartirlos los más de 350 dehonianos en una despedida muy calurosa y emotiva en Villaviciosa.
Agradecimientos a los religiosos organizadores, aplausos brillantes a los voluntarios, un regalo a cada casa y a cada país, canciones, abrazos, muchos abrazos, sonrisas, bailes, despedidas, raíces aflorando en decenas de corazones y una esperada y gran noticia... El próximo Encuentro de Jóvenes Dehonianos será en Portugal en el 2014. ¿Te veremos allí? Seguro que tantas raíces darán mucho fruto para entonces... "y cayó en tierra buena..."
Noelia Rodríguez (Madrid)