“Pilato pidió agua y se lavó las manos ante la
gente diciendo: “No soy responsable de la muerte de este inocente. Allá
vosotros” (Mt 27,24)
No querer saber nada. Apartar la mirada para
no ver lo que duele. Pretender no ser responsable de las propias
decisiones. Refugiarse en el olvido o en la ignorancia de quien no
quiere que nada le salpique. Huir, al fin y al cabo.
Es lo que hace Pilato. Negar lo que es evidente. Acceder al abuso, aun sabiendo que es injusto, para evitarse problemas. Y así seguimos. Hoy esa negación se llama indiferencia; o se llama ceguera; se llama justificación de lo que no es posible. Nadie quiere ser responsable, pero tus hijos siguen muriendo en tantas cruces injustas…
Es lo que hace Pilato. Negar lo que es evidente. Acceder al abuso, aun sabiendo que es injusto, para evitarse problemas. Y así seguimos. Hoy esa negación se llama indiferencia; o se llama ceguera; se llama justificación de lo que no es posible. Nadie quiere ser responsable, pero tus hijos siguen muriendo en tantas cruces injustas…
¿Soy consciente de las consecuencias de
las opciones que tomo? ¿De las relaciones que establezco? ¿De los
caminos que elijo y los que desecho?