Tiempo de Ser: Hay que dejarse llevar a un ritmo lento: DÍA 2

Tranquilidad, el piar de los pájaros, peregrinos caminando hacia la siguiente etapa del camino desde Puente, Estella y silencio, mucho silencio, sin ruidos, con aire limpio, aire puro y compartiendo sonrisas desde la primera hora de la mañana que te invitan a eso mismo, a seguir disfrutando de este Tiempo de Ser.

Así empezaba el día de ayer en Puente la Reina. Un nuevo día cargado de actividades nos aguardaba desde el primer momento del día. Tras celebrar la oración con la comunidad religiosa, nos dipusimos a afrontar nuestra primera charla basada y enraizada en la historia de la salvación y en ahondar en nuestra propia historia de salvación. 

¿Historia de salvación? ¡Qué locura! ¿La mia propia? ¿y cuál es mi historia?. A la hora de trazar una línea, la línea de nuestra propia vida, desde nuestro "origen" hasta el día de hoy era fácil, pero... ¿y empezar a escribir sobre nosotros mismos? ¿qué acontecimientos importantes nos han marcado? Bueno, quizás hasta ahí tarea fácil, pero poner nombres, lugares, fechas, sentimientos... Imaginar que tenéis que ahondar en vuestra vida y poner nombre a cada sentimiento o acontecimiento importante, qué personas estuvieron contigo, por qué, qué significaban para tí... Fue realmente un reto, pero reto superado.

El día seguía avanzando y los preparativos para el primer día de talleres en el albergue estaban más que hechos. El albergue está llenando cada día sus más de 100 camas y sabíamos que nos esperaba un buen grupo de peregrinos tanto en los talleres como en la adoración, y así fue. Las risas, sonrisas y el compartir mandaban en el momento del taller de masaje de pies, todos se unieron con ese mismo fin, daba igual la lengua, el lugar de procedencia, o hasta donde llegasen, con su esterilla en el suelo tardaban dos segundos en untarse aceite de masajes para empezar con el taller. Al terminar y con unas canciones a la guitarra de fondo les ofrecimos un té helado que disfrutamos en la tienda del encuentro compartiendo vivencias y experiencias unos con otros.

Al terminar los talleres, la Iglesia del Crucifijo fue lugar de encuentro, de oración, de meditación, silencio, cantos y sí, también de salvación, donde el Francés, Italiano y Español fueron los idiomas predominantes. Tras la adoración, algunos de los peregrinos disfrutaron de una visita guiada en la Iglesia del crucifijo.

Sin duda, un día muy fructífero que destacamos con una frase de agradecimiento de uno de los peregrinos "Me habéis cambiado el camino. Esto ha supuesto un antes y un después. No sabemos si llegaremos a Santiago, si Santiago quiere, llegaremos."